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Anécdotas

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Y si no tienes tiempo de ir a los bailes, ni a las fiestas, pues ¿a qué horas vives?

Posted by on Ago 10, 2017 in ANECDOTAS | 0 comments

– Pero si no tienes tiempo para ir a los bailes, ni a las fiestas, y no puedes desvelarte, pues entonces ¿a qué horas vives? Al principio me hizo sentir un poco mal su comentario. Pero, al recordar las competencias en las que he podido participar, y los podiums en los que he representado a mi país, y las  medallas que Dios me ha permitido ganar, le contesté: – Vivo precisamente cuando entreno, todos los días de 6 a 8 am, antes de ir a la escuela, y al salir, de 4 a 6 pm, y muchas veces también los sábados y los domingos. Eso es lo que me da la energía que necesito para luchar, para ganar y para vivir. Testimonio escuchado a un adolescente deportista, y hoy dedicado a todos los jóvenes, hombres y mujeres, que sacrifican sus horas de sueño, amigos y diversión por conquistar con toda su alma, sus sueños.   +Alfonso Miranda ...

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Fotofantasía… La puerta

Posted by on Ago 8, 2017 in ANECDOTAS | 0 comments

Te distraigo un momento de lo que estás viendo, para invitarte a realizar un viaje a través de la fantasía: la puerta… Hoy, al pasar por la calle rumbo a mi destino, una puerta detuvo mi camino, invitándome a entrar. Allí estaba, en medio, llamándome, a la vera del camino: Pasa, eres bienvenido. Pero, ¿a dónde? … Pero, ¿qué a caso importa? Un bosque interminable, se anunciaba con el árbol pegado a la puerta. Pero ¿qué hay detrás en verdad? ¿Un abismo, un acantilado, un pueblo, una noche, un mar? No lo sé, lo que sí sé, es que cada una de esa imágenes, encierra un sueño. ¿Descubriré el amor? ¿Encontraré la paz? ¿Habrá allí la armonía que busco? Es solo una puerta que te invita a pasar. ¡Te toca a ti aceptar! De entrada pierdes, si te conformas con tus pocos y pequeños sueños. El mundo es de los arrebatados, de los que se lanzan a descubrir el mundo arriesgándolo todo. ¿Qué acaso la vida es otra cosa? ¿Temor, tienes miedo? Olvídalo, luego hablamos. El mundo no merece a los que no tienen sueños, y menos a los que no se lanzan tras ellos, arriesgándolo todo. ¿Cambiar de vida, de horizontes? Si no puedes crear, quizá puedas descubrir un universo nuevo. Pero no, estás demasiado aferrado a tus cosas y a tu gente. Vamos te invito a pasar, nada pierdes, tienes un infinito mundo por ganar. (Sentí que me decía). A mi lado pasaron otros, que ni siquiera voltearon a ver la puerta, indiferentes a su existencia, cómodos y asentados a su propia subsistencia. Pero, ¿porqué sólo a mí me seducen los caminos? y ¿porqué a mi solo? ¿Que no podré llevar a alguien conmigo? Más sólo yo he sido invitado. Me acerqué vacilante y abrí la puerta… y dando con firmeza el primer paso… (solo así se comienza), entré y caminé en un nuevo espacio, lleno de ilusiones y sueños… pero estaba solo… y pasó el tiempo, y todavía no encuentro a nadie… y se ha borrado el camino de regreso… Y ha desaparecido la puerta….   +Alfonso Miranda...

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El hijo, que seguía a su padre, también metió el dedo en el pastel.

Posted by on Jun 19, 2017 in ANECDOTAS | 0 comments

Recuerdo hace muchos años, haber ido en compañía de una familia, a comprar algunas cosas para una cena a un centro comercial. Ese día, por el corredor principal de la tienda, habían puesto unos bonitos pasteles, grandes y cubiertos de betún de limón. Uno de los papás que me acompañaban, traviesamente, y sin dejar de caminar, hundió el dedo en el betún de uno de ellos, y se lo llevó a la boca. Acto seguido, el hijo de nueve años, que venía detrás de él, literalmente siguiendo sus pasos, metió también su dedo en el pastel, y lo saboreó muy gustosamente. Todos rieron. Todos conocemos la terrible fechoría del cobro de piso, con que los narcotraficantes extorsionan, para no secuestrar o dañar personas o propiedades, pidiendo una cuota a negocios, empresarios, y hasta las Iglesias, que tampoco escapan de ello. Pues sucedió no hace mucho que, en una escuela, uno de los niños, hijo de estos narcos, que imitando sus malas costumbres, empezó a cobrar piso a sus compañeros y compañeras, para entrar a los baños. También recuerdo hace años, por allá por el norte del país, existía un buen hombre, que se dedicaba a la construcción y venta de casas en fraccionamientos de su propiedad, y acostumbraba regalar parte de los lotes, o ayudaba a comprar casas a la gente que no podía pagarlas. Este señor se fue haciendo grande, pero antes, metió a trabajar con él a su hijo, y lo enseñó a trabajar. Pasaron los años, y justo antes de morir, le dijo a su hijo: “Hijo mío, Dios nos ha permitido construir 100 casas en esta colonia, te pido, que aunque yo ya no esté, tú regales 15 casas entre la gente más pobre”. Semanas después murió. Y pasó el tiempo, y un buen día, en un periódico de la localidad, salió una nota extraña que decía: “Joven señor regala 15 casas entre gente de escasos recursos en una colonia al norte de la ciudad”. Ahí, sorprendido, el reportero le preguntaba que porqué lo había hecho, y esto fue lo que contestó: “Era la forma de actuar de mi padre y él me lo enseñó, no me lo dejó por escrito, me lo dijo antes de morir, y hoy, gracias a Dios he podido cumplir su voluntad”. La nota terminaba diciendo: “Este hijo, ha honrado la memoria de su padre”. Anda y haz tu lo mismo. Lc 10, 37.   +Alfonso Miranda G....

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Llévame al panteón hijo, a revisar los papeles…

Posted by on Jun 13, 2017 in ANECDOTAS | 0 comments

Hoy tuve una vivencia muy hermosa, que deseo compartirles: Llevé a mi madre al panteón del Roble esta mañana, a revisar los papeles del lote de la familia, que hace tiempo habían comprado. Dejamos a papá en casa, en la faena diaria de doblegar la inercia de los años, y levantarse a vivir. Al revisar el contrato funerario, me di cuenta que mis padres, habían comprado el terreno en el año de 1976, es decir hace 41 años, cuando solo tenían 12 años de casados. Me admira sobremanera la forma en que entonces ellos contemplaban la vida, es decir, un matrimonio todavía joven, pensando ya, – a pesar de todas las inciertas y difíciles batallas que aún les tocaría enfrentar-, en terminar la vida juntos. Mi madre sin miedo, me había dicho ya dos veces los últimos meses: «Llévame al panteón, a revisar los papeles». Hoy gracias a Dios, le cumplí su deseo, y al salir del pequeño terreno, todavía sin usar, y cubierto por un vivo pasto verde, le pregunté: Mamá ¿estás tranquila? A lo que me respondió: sí hijo, estoy en paz. +Alfonso Miranda Lunes 12 de junio del 2017. ...

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