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Propósitos para el 2015.

 

Como buenos propósitos para este 2015, propongo considerar, como sociedad y como Iglesia, lo siguiente:

Recuperar la memoria histórica, de todos aquellos hombres y mujeres, que han impulsado y engrandecido nuestra tierra: Alfonso Reyes, Eugenio Garza Sada, José Eleuterio Gonzalez, María Josefa Sosaya, la heroína de Monterrey. Del lado religioso: Fray Servando Teresa de Mier, padre Raymundo Jardón, Pablo Cervantes, Sor Gloria Ma. Elizondo García, sierva de Dios.

Dar viabilidad social a nuestro País, donde la vida parece que no vale nada, se prescinde de ella, desaparece, como si no importara, la de los sacerdotes, incluidos.

Sanar y curar frontalmente la herida social desatada con la muerte de los 43 estudiantes en Ayotzinapa, como punta del iceberg de la violencia en espiral en nuestro país, desde hace muchos años.

Dar conducción honesta y sabia a las campañas políticas, donde no se malgaste el dinero, en comprar ideales a cambio de despensas, ni mucho menos jugar con nuestras inteligencias.

Contribuir a la reducción de la contaminación, proteger y defender el subsuelo, el agua, los ríos, los arboles, a través de campañas y acciones efectivas.

El uso y re-uso responsable y consciente de la basura.

Fomentar campañas del buen vecino.

Erradicar frontalmente la corrupción, empezando por la propia.

Ser una Iglesia de puertas abiertas y en salida donde no haya ningún tipo de rechazo ni discriminación. Y que nadie en nuestra Iglesia se sienta extraño o ajeno.

Llevar a cabo, como lo está marcando el Papa Francisco, una revolución de la ternura, donde sobresalga la inclusión, la bondad y la misericordia.

Que en ningún lugar utilizamos lenguajes peyorativos, ni discriminadores.

Atendamos a las personas marginadas, desde jóvenes sin educación ni empleo, hasta los no nacidos, los ancianos y los enfermos.

Defender la vida de los niños, y formar la generosidad de una cultura que ame la vida, en todas sus expresiones.

Animar e impulsar a los jóvenes a que luchen y peleen decididamente por sus sueños.

Luchar contra la esclavitud de los abusos y los vicios, y educar en la libertad que nos da la paz y nos hace hermanos.

Promover la educación en todos los ámbitos, especialmente del niño y joven que no puede estudiar, hasta la investigación más avanzada, y en bien de la sociedad. 

Promover la generación solidaria de empleos.

Ser valientes y optimistas, para sacar nuestro país de un entorno de decepción, incertidumbre y muerte, y transformarlo en un lugar de luz, entusiasmo y vida.

Y tener miedo, mucho miedo, de quedarnos cruzados de brazos, viendo como el país y el mundo se destruye, sin que hagamos nada.

 

+Alfonso G. Miranda Guardiola

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