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El más bello tributo que una mujer ha hecho a un hombre. María Magdalena en el sepulcro Jn 20, 1-18.

Esa mañana de domingo se había levantado muy temprano, casi no había podido dormir, se la había pasado pensando toda la noche, en lo que, apenas hacía un par de días, había ocurrido. Sin pensarlo dos veces, y todavía de noche, se dirigió al lugar donde lo habían dejado, con la esperanza de… simplemente llegar. Corrió y corrió, como si una ansia loca la empujara, como si una voz misteriosa la llamara, como si su intuición se lo gritara, como si su corazón se lo ordenara irrefrenablemente, y … muy pronto, al llegar, se dio cuenta que la piedra que le habían puesto a la tumba, ya no estaba, la habían movido. Inmediatamente vuelve a correr a buscar a Pedro, lo encuentra y le dice: se han llevado a mi Señor, y no sabemos donde lo han puesto. Los...

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Ese loco, arrebatado y desenfrenado seguimiento de Jesús.

Hay un rasgo del apóstol Pedro que me encanta, y es su arrebato, su impulsividad, su espontaneidad, que lo hace reaccionar intempestivamente, como cuando le dice a Jesús, luego que éste le anuncia que va a ser entregado, y que lo torturarán: – No, Señor, tú no te entregarás, tú no irás a sufrir. Por lo que el Señor lo reprende: – Apártate de mi satanás, tus pensamientos no son mis pensamientos-. Y en otro momento, después de haberle dicho: -Yo daré mi vida por ti-, en el monte de los olivos, Pedro saca la espada y le corta la oreja a Malco, por lo que Jesús lo desaprueba y amonesta: -Mete la espada, que ya tendrás ocasión de dar la vida por mí, pero llegado el momento, cuando el Padre te lo ordene, no ahora-. Y lo mismo...

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Las otras puertas de la misericordia…

Cada corazón humano es una puerta que debemos tocar con delicadeza, para entrar con misericordia. Para comenzar este año jubilar, debemos pedir al Señor que abra y atraviese la puerta de nuestro corazón con su misericordia, porque todos lo necesitamos, todos somos pecadores, y todos necesitamos escuchar su Palabra, para que venga ésta a sanar nuestras heridas, colmar nuestros vacíos y renovar nuestras ilusiones. La puerta de misericordia que se está abriendo en cada Catedral, es solo un signo de las otras puertas que necesariamente también debemos abrir y cruzar. ¿A cuáles nos referimos? Precisamente a las puertas donde están nuestros hermanos afligidos y necesitados, ir y entrar a través de las puertas de las cárceles, de los orfanatos, de los tutelares, de los asilos, de los hospitales, de las casas de los indigentes, refugiados y migrantes, de los...

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Oración para pedir la Indulgencia para los que no pueden comulgar ni confesarse.

  Dios Padre bueno y eterno, en este año de la Misericordia al que nos llamas, queremos pedirte en nuestra condición, nos concedas tu Indulgencia, que aunque no podemos recibir la absolución, ni la comunión, no porque no queramos (tú más que nadie sabe cuánto lo anhelamos), sino porque nuestra situación de vida nos lo impide. Tú conoces las diversas dificultades morales, materiales o personales por las que no podemos acercarnos a las sacramentos, situación que no disminuye nuestro enorme deseo de amarte, seguirte y corresponder a tu amor, por lo que queremos ofrecerte nuestra vida, y nuestras obras de justicia y de caridad, tanto cuánto sea posible. Es mucha nuestra hambre y sed de ti, pero también sabemos de nuestras flaquezas, ¿quién podría alzarse digno ante ti? Aquí están nuestras manos, tal vez no tan limpias y puras,...

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¿Cómo es el cielo de Dios? ¿Cuánto cuesta entrar al cielo?

¿Cómo es el cielo de Dios? ¿Es azul bañado de estrellas? ¿Es amarillo como el sol radiante? ¿Es de colores como el arcoíris y las flores? Padre que estás en el cielo… El cielo de Dios son los pobres. El hermano necesitado es el cielo de Dios. A la hora del juicio final, Dios más que fijarse en mis debilidades, pecados y flaquezas, mirará mi entorno, para descubrir si yo sembré consuelo, paz y esperanza en los seres a mi confiados; para ver si hubo hermanos socorridos y aliviados en sus penas y necesidades. ¿Cuánto cuesta entrar al cielo? Un pedazo de pan que yo dé a mi hermano; un abrigo que comparta; un poco de mi tiempo que invierta en tantos solos y abandonados. ¿Cuánto pan tengo que dar? La medida es Jesucristo hecho pan. Convertirnos en pan...

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¿Cómo es que Juan el Bautista, pudo entender la voz de Dios?

Pero, ¿cómo es que vino la palabra de Dios a Juan en el desierto? ¿Cómo la pudo escuchar y entender? ¿cómo fue que Juan reconoció a Jesús, entre tantos hombres? ¿Quién le dijo que era él? ¿Sería un ángel? ¿Se le reveló en sueños? Lo cierto es que Juan se fue a vivir al desierto, y aprendió a través del silencio, a escuchar la voz de Dios, a escucharlo en el crepitar de las hojas, y en el murmullo del viento; a observarlo en el vuelo de los pájaros, a sentirlo en la cercanía de los animales, a parparlo en la tierra que da cobijo a los insectos, y que hace germinar a la semilla, porque supo convivir con su entorno, con el agua y con el fuego, porque educó y afinó sus sentidos, corporales y espirituales, porque fue...

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